Conocemos los efectos nocivos para nuestra salud que produce el tabaco, consumido de forma tradicional: halitosis, periodontitis y manchas en los dientes, además del riesgo elevado de padecer cáncer oral.
Los problemas que ocasiona la variante electrónica no son menos importantes, ya que no sólo es vapor lo que se inhala cuando se vapea. A simple vista, y en parte gracias a las campañas de publicidad que ha habido detrás de los cigarrillos electrónicos, podría parecer que el vapeo es inofensivo para nuestra salud. Pero no es así: tiene riesgos.
En el caso de la salud bucodental, los cigarrillos electrónicos causan efectos negativos en nuestra boca:
Al aspirar los tejidos bucales se exponen a los compuestos producidos por el calentamientos de la nicotina, glicerina, junto con el resto de componentes de la fórmula del e-cigarrillo. Éstos, matan gran cantidad de células de nuestra mucosa oral. Ahora mismo se estima, según los resultados que ofrecen diferentes estudios, que aquellas personas que vapean tienen una tasa de muerte celular superior al resto de la población (un 2.500%).
Además, las células de la boca, al verse atacadas por los compuestos de los cigarrillos electrónicos, liberan proteínas inflamatorias. Se ha probado según los estudiosque el cigarrillo electrónico disminuye la capacidad de defensa contra las infecciones microbianas. Esto propicia la aparición de enfermedades de las encías, como gingivitis o periodontitis. Ésta es una enfermedad grave que puede tener consecuencias nefastas para nuestra salud en general. También se corre el riesgo de sufrir enfermedades del tracto respiratorio.
En definitiva, todos estos factores hacen que aumenten los casos de cáncer oral entre los consumidores de los cigarrillos electrónicos.
Por lo tanto, al igual que con el consumo de tabaco tradicional, nuestro consejo es que se elimine el hábito de consumo de este tipo de productos lo antes posible. Está además probado también que el consumir e-cigarrillos no disminuye la adicción al tabaco tradicional y en realidad no ayuda a eliminar el hábito de fumar.
Por lo tanto, tenemos que ser categóricos: el mejor de los hábitos, no tener ninguno de los dos. Por tu salud.